Hoy se celebra en Madrid el Desfile del Orgullo Gay. Decimos que es un desfile por su colorido, porque a todos nos recuerda al carnaval, con sus carrozas, sus vestidos de lo más estrafalario, con su aura de felicidad y esperanza. Pero en realidad es una manifestación, una petición de igualdad y consideración. No piden la comprensión de nadie, no reclaman que se les entienda, que se comprenda como puede existir un sentimiento de tales magnitudes entre personas del mismo sexo. Tan sólo persiguen el respeto mínimo que, en pleno siglo XXI, continua brillando por su ausencia.
El otro día, sin ir más lejos, coincidí con una amiga en el autobús. Después de un rato hablando sobre ropa, rebajas y fútbol, le pregunté que con quien iba a ir al desfile, dando por hecho que iría, a lo que me respondió a la gallega, con otra pregunta, diciéndome que si yo pensaba ir. Yo respondí con un contundente "claro, ¿tú no vas?". Su respuesta fue la siguiente: "no tía, es que, yo que sé, son raros ¿no?" (mueca de repulsión, o asco rodeos aparte, incluida)
He aquí una pequeña muestra de la sociedad que tiene en sus manos la responsabilidad de cambiar este mundo.
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Esta tarde nosotros iremos al desfile, no sé si tendremos la oportunidad al igual que el pasado año, de portar una de las pancartas, pero aportaremos nuestro granito de esperanza sin duda. Después iremos a ver el partido y a apoyar a la selección, que una cosa no quita la otra :)
Mañana publicaremos las fotos de la fiesta.
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